El rubor que me ha hecho impune. Derecho Constitucional - Domingo Rondina - Dando c. El infierno de nuestro descontento. Martes, noviembre 08, 2011.

Viernes, 27 de octubre de 2017. El tiempo alza su lámpara. En un hilo de luz, una rendija. Y las manos que a tientas. Entero y recobrado a pesar de la muerte. Llegado a tu destino,. Sólo queda la paz entre nosotros. Martes, 15 de agosto de 2017.

17 o5 05 - 17 05 08. Cambio para que nada cambie. Tu piel gana reflejos,. Debajo de tu frente,. Pincelada morena de un íntimo verano,. Y el cristal de tus lentes. Como un eco, transforma. Esa mirada fija que no todos resisten ni celebran. Cuando los roza y deja. Cercados y a la espera. De un enorme secreto que podría revelarse. O una frase cortante como un cuchillo exacto.

Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma. Qué diferencia aquella vez, pude escribir que no nos había quedado ni una herida, ni un rencor, ni una cuenta impaga. Aquella vez, claro, fue con otro hombre. Así, por decreto y sin lugar a reclamo.

En los hombros de la maravilla. Piel, pista de las yemas. En tu boca precavidamente roja. Las llagas de la escena. Son rápidos como la obviedad. Que no descansa en un tango.

Vidas de santos, vidas de poetas. Volví a las andanzas en este antro. Da un mordisco en la almohada. Como si fuera el hombro de su amante,. Como lo suele despertar de noche. Para que él la ame a dentelladas;. Muerde las sábanas como si fueran piernas,. Músculos en tensión, los peces vivos. Sobre la que se tiende.

Reservorio personal y público de discursos imperdibles, y otras anotaciones. EL CUENTO DEL NIÑO MALO. Abía una vez un niño malo cuyo nombre era Jim. Si uno es observador advertirá que en los libros de cuentos ejemplares que se leen en clase de religión los niños malos casi siempre se llaman James. Era extraño que éste se llamara Jim, pero qué le vamos a hacer si así era. Antes por el contrario, la mujer era fuerte y muy poco religiosa; es más, no se preoc.

Del paso de una sombra sobre otra. La leve transparencia que se agita. En la inminencia de lo oscuro. O de la luz,. Detrás de la canción que acuna. Si no es el agua. Que viene y va en la fuente. Como si ese fluir fuese infinito. En el declive de la tarde. El universo, que es metáfora. De la casa que habita,. La ropa que ha lavado. Y que, tendida al sol. La repentina violencia de la brisa. Lo que se evoca no se instala.