Pues sí, va a ser verdad eso de que los altibajos son buenos, de que para saber lo alto que estamos, de vez en cuando es bueno caer, porque desde abajo se ven las cosas de distinta forma. Es verdad que tenemos que perder algo para poder apreciarlo, y quien diga lo contrario que tire. Es verdad que es muy fácil decir te quiero y muy difícil demostrarlo, pero yo suelo desconfiar de esa gente que regala los. Por los que hacen ho.

Clara era una enamorada de los gatos. Tenía una larga y sedosa cabellera de color castaño y jamás se ponía maquillaje. Vestía de negro, bebía mucho café y fumaba alternativamente tabaco y hierba. Esa diatriba se resolvía según su estado de ánimo, cambiante a la par que sosegado. Acostumbraba a estar sola desde niña. A Clara le gustaba pasear sola después de hacer el amor conmigo. Era éxtasis, furia y evasión. Reposo solitario, al cabo. El sentido de mi s.

Soy sólo yo escribiendo lo que siento. LA VIDA NUNCA NOS DEJA ABAJO. Llueve y parece que sólo llueve sobre mi. Como una pequeña y malvada nuve de caricatura que no deja de perseguirme como si yo le hubiese hecho algo malo y, ahora ella, sólo quisiera vengarse con mi mala suerte. La veo, la odio, y grito al cielo que no la merezco. Pensando que si lo grito con suficiente fuerza y el toque exacto de coraje sus gotas cesarán y por fin podré secarme. Todo vuelve a estar igual.

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Pensamientos de un cerebro en recesión. Todo aquello que me enerva, evitando el ataque de nervios. Pan y circo, de nuevo, y sin tapujos. Otra vez llega el momento de la farsa, otra vez nos vuelven a soltar lo mismo, con el mismo tono cargado de presunta inocencia y seriedad estudiada, aunque ya ni se molesten en disimular que os creen imbéciles.