Viernes, 22 de enero de 2016. Yo ya sabía que la poesía dolía. Pero luego están esos momentos en que lo recuerdo y duele más. Como la luz de un sueño,. Que no raya en el mundo pero existe,. Esa parte de ti que no conoces,. La vida que has llevado junto a mis pensamientos. Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto. Con tus labios de whisky,.

En la boca de los peces crecen minerales. Buenos días madrugadores, buenas tardes senescentes, buenas noches insomnes. Martes, julio 24, 2012. 161;Caca, caca! De un tiempo a esta parte, me he cobijado en la compañía de una que siempre ha estado ahí y que s.

Es una recopilación de cosas que he ido desperdigando por la red; mi pequeño intento de ordenar el caos. Cosas que pasan cuando nadie mira. The Sandman, Neil Gaiman. The Sandman, Neil Gaiman . Etiquetado el conde de montecristo. No es mi espada, Mondego, sino vuestro pasado el que os ha desarmado. El conde de Montecristo, 1934.

Cosas que pasan cuando nadie mira. Y yo qué sé, a veces la clave es simplemente la inconsciencia. La Vac Sexy intentando sacar algo comestible de las sobras que nos han dejado. He conseguido enseñarle a armar el cubo. Después de un día largo, nada mejor que un buen baño. Hoy tocaba dar un paseo por el campo. A veces cuesta salir de la cama.

El cementerio de los cadáveres exquisitos. Mírala a ella, aquí Toda,. Duerme encima de una ola. Vete tú a encontrarla ahora,. Saludando a alguna farola;. Y llegaron, Cómo? Envueltos en esa esencia,. En la que una única. Cenagosas siestas mal sembradas a los costados de semejante malla. Quién cuestiona semejante entraña? Mo te parece una pregunta extraña? Desenrolla la respuesta de la telaraña,.

Cuentos e Historias con pluma y papel para el lector con ojos y corazón. Principio el mar, la tierra y el viento luchaban por encontrar su lugar. Las fuertes olas arrasaban vastos terrenos, el viento balanceaba la arena de un lugar a otro sin respiro. La clase de hoy no era especialmente interesante, la. Profesora seguía el temario del libro como si no hubiese cosas más allá de esas líneas, por cada párrafo echaba una miradita al reloj y otra a Careen Simon. Sí señorita Macdonal, respondí.