Pistolas de juguete, novela negra. Recostada en la cama de un hospital, convaleciendo de un accidente y enfrentada a su propio fin, la joven se vió, mientras devoraba novela negra, como la niña que fue y que, tras el fallecimiento de su querida tía Luisa, disparaba a todos con la pistola de plástico para conjurar su miedo a la muerte. Cine moderno, cine clásico. Mi nueva vida en Nueva York. Clásica película inglesa de excelente .

Desde el aleteo de la torcasa se ve mas bello el mundo dijo su amante el ratón, bajos su hermosa ala. Sábado, 17 de marzo de 2018. Martha era una persona fácil de tratar. Nunca protestaba y a menudo le agradecía con pagos adicionales a su sueldo. Vanessa sentía algo de pena por esa anciana mujer que habiendo amado al mundo se había quedado sola en una inmensa casa de Teusaquillo donde las arañas reclamaban su condición de inquilinas. 8221; Pensó en no dejarlo pasar, quizás sería una pe.

El mediodía, como dice el. Más bien, sobre las dos. Es un momento en que no pasa nada. Aprovechando este sol y esta temperatura benigna, la gente se sienta en una terraza, se toma una cerveza y mira. Qué mira? Nada en concreto. El mediodía, si acaso.

Domingo, 22 de junio de 2014. A dios rogando y con la ciencia dando.

Reseñas de libros, relatos y otras perversiones. Miércoles, 1 de octubre de 2014. Hace unos años me dio por la literatura japonesa. Encontré una versión de Kafka en la Orilla. De Haruki Murakami que me encandiló desde la página 1. En aquella ocasión lo leí en catalán y después de haber leído la traducción castellana, me quedo con la primera. Eso sí, pra el título no porque Kafka a la platja. A kafka en la orilla le siguió.

Proyecto de Escritura Colectiva en Red ClothoBoBardi. Proyecto promovido por ClothoBoBardi con la contribución activa y generosa de Coeliquore, Atticus, CrisC, Garsil, Vicky, anonimodos, Lady Aliena, Daibri, Ícaro, nOsÉ. This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3. Ambas cuestiones están vinculadas al objeto de esta reflexión que podrí.

Sábado, 8 de agosto de 2015. Ni diré que echo de menos la vuelta al trabajo, que un vicioso no soy. Pero anhelo un poco de la actividad que hay entre septiembre y junio y que ahora se suspende o ralentiza en exceso. Algunos blogueros tienen un descanso estival propio de los veraneos de antaño y los posts y comentarios se espacian demasiado. Me pongo a leer electrónicamente el periódico en la edición digital de El País.

Mi vida cultural no es especialmente modélica, y más en verano. Pero han pasado por mis manos y por mis ojos algunas historias en distinto formato que puedo comentar, por si a alguien le sirve de algo.