Acaba este 2016 que recordaré lamentablemente por hacerme vivir, hace unos pocos meses, la peor circunstancia de mi vida. Deseo que acabe por que me ha dejado una herida abierta que está tratando de cicatrizar y por otro lado no deseo que acabe por evitar que pase el tiempo porque no quiero olvidar. Que corra el cava! 22 diciembre, 2016.

La métrica de la poesía son esos kilómetros de distancia. Follow ana martínez on WordPress. El pase de diapositivas requiere JavaScript. Nadie podrá de veras salvarme de mí misma ni de la confusión del discurso a solas con mi conciencia tras el cúmulo de errores que volvieron más sólidos los restos de nuestro auténtico desgaste. Otra prueba más para no aceptar invitaciones a esas horas de la madrugada que llamas para pedirme perdón.

Poemas y relatos de Alejandra Meza Fourzán. El principio de mi historia. Mi papá fue jugador y entrenador de futbol americano, mi tío también lo fue, igual que mi hermano y mi primo. Sospecho que las mujeres de la familia no lo fuimos, por ello por ser mujeres , pero crecimos cercanas a ese deporte.

Así, como un 8 tumbado. Escalaré las mas escarpadas montañas,. Para cuando no estés,. Te consumiste entre mis labios,. Igual que aquel cigarro,. Fumado entre suspiros lánguidos,. En ese antiguo café,. Sólo quedan los restos,.

Buscaré un rincón del mundo y te esconderé allí, lejos de todo cuanto te haga daño. Cubriré con mi cuerpo el tuyo y nunca pasarás frío, jamás mientras yo esté contigo. Aprenderás a cantar, a escapar del peligro, te enseñaré a pasar desapercibido mientras te acechan tus enemigos, a combatir el hambre y tu primer salto al vacío. Hijo, no temas, buscaré para tí un sitio protegido, donde aprendas a tu ritmo hasta que un día abandones este, tu nido.

En el final surgió el principio. Nos disparamos con el arco, nos quitamos las flechas, sanamos las heridas. Rompimos los esquemas, cimentamos el trayecto. Cargamos las armas, tiroteamos al muro. Nos lanzamos piedras, cerramos las brechas, regeneramos la piel. Corrimos tras la lluvia, abrazamos al miedo. Cosimos el recorrido, enlazamos las andadas. En los brazos de un aplauso.

De repente, alguien te sigue, comienza a comentar tus entradas, te das cuenta que no entiende la dinámica de tu sitio y por ende, sus comentarios se vuelven cada vez más despectivos en general. Total, ya se va a aburrir. Le contestas que se vaya a depositar su actitud peyorativa al toilette.

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