8230;aprendizajes de la vida misma. Asymp; Deja un comentario. Yo nunca habría estado en tanta prisa. Nunca hubiera tratado de controlar. Nunca hubiese celebrado con tanta fuerza. Me he guardado mis límites establecidos. Mis amorosos noes, mis inquebrantables síes. Corrí el riesgo de abandono y se paró por eso. Y de ese modo se sentía constante conexión.

Tuve una infancia con fiestas religiosas que se celebraban como si realmente tuvieran ese sentido. Un ritual que abarcaba el armado del arbolito de Navidad debajo del cual esa Nochebuena, a las doce en punto, algún grande acomodaría los regalos mientras otros nos llevaban a la vereda a ver si viene Papá Noel . Luego llegaba la Pascua y estoy salteándome lo mejor, que era el pagano Carnaval, para otra oportunidad.