Apenas abrí mis ojos no sabía donde me encontraba. Mi cabeza rebotaba de un lado a otro de la habitación aplicándole un delicado aspecto de mosaico. Lástima que este mosaico no estuviera impregnado en brillantes colores. Protagonizado por máquinas fracturadas en mil pedazos que bailaban a un ritmo, al compás de un pitido resonante. Estaría jugando a aquel juego que me entretuvo durante mi infancia? Un grito interno me puso los pelos de gallina.

Lo que estos estudiantes comentaban es que hay una teoría que dice que en realidad el nuestro no es el único universo, y que hay otros paralelos con sus propias. Pero también hay de las otras, sabés, y creeme que esas no son tan fáciles de imaginar. Sobre todo porque ya lo hice en su momento y ya debería parar y tanta agua bajo el puente y etcétera etcétera. Día tras día, cigarrillo tras cigarrillo, siempre esperando algo que sé que no va a llegar. Entre el ruido y el caos,.

Relatos cortos para alimentar el fuego. Permanece al día vía RSS. Un clásico de los libros de crecimiento personal. Un cuento para niños con más de una enseñanza para adultos.