No me gustan los centros comerciales, ni su disposición comercial, ni su concepción espacial. Son templos del consumo que vienen a relevar lo que comercialmente han sido los mercados de abastos en nuestros pueblos y ciudades. Estos nuevos santuarios del comercio carecen del calor humano que las interacciones sociales tradicionalmente han otorgado a las plazas y ferias locales. En estos grandes emplazamientos los. No cambio una buena conversación con un café a pie de call.

Confesiones que no me cuento ni a mi mismo. Jueves, agosto 21, 2014. Miércoles, marzo 28, 2007. Un día, dices adíos. Un día, miras hacia atrás, y lamentas todas aquellas veces que te quedaste parado, que te quedaste llorando. Un día, te das cuenta que siempre has estado buscando,. Y que nunca has sabido que buscabas. Descubres que has estado toda tu vida peleando por tonterias,. Una bitácora a la que.

Cómo me excita el verte acostada, casí desnuda, durmiendo, no sabes lo que provoca tu cuerpo en mi.

Y es mi pena ser. Pensar que en el ayer. De lo que pudo ser mañana. Reflexiones de una mente peligrosa. Reino de las letras sensuales.

Sábado, septiembre 13, 2008. R E N O V A C I O N . Ya había ganitas si si. En un par de semanitas estaré de nuevo operativa casi a diario teniendo acceso. Miércoles, junio 06, 2007. Para mi EL ha sido un punto y aparte, un principio , un fin, un descubrimiento, un límite, un conocerme, un descubrirme, muchas cosas.

Como si llegaran a buen puerto mis ansias, Como si hubiera donde hacerse el fuerte, Como si hubiera por fin destino para mis pasos, Como si encontrara mi verdad primera. Miércoles, abril 22, 2015. La indiferencia es no escuchar. No atender a quien necesita hacerlo contigo. Es meterse en una concha y cerrar las puertas. Y nadie, absolutamente nadie, merece ese trato. Jueves, febrero 07, 2013.

Tenía las manos llenas de tierra cuando él se acercó. Ante su desconcierto, señaló las macetas trasplantadas. Le dolían las rodillas; se rascó la mejilla con el antebrazo sintiendo cosquillas en la piel fría. Sin embargo, cuando empezó a hervir no tuvo más remedio que girarse. Él la miraba totalmente rendido. Un escalofrío le recorrió la columna. De nuevo aquella sensación tan extraña en la yema de sus dedos, en la punta.