17 marzo 2013 in historias diversas. No dijo nada y se sentó junto a ella, tratando de mirarla cada vez que sonreía. Esta vez no pidió nada, cogió la servilleta más próxima y escribió sucintamente, luego hizo señas al dueño para darle algunas indicaciones y se retiro. Ha pasado tanto tiempo desde aquel .

Hola, puedo jugar contigo? Yo me llamo Daniel, y tú? Yo Gerardo, pero mi papá me dice Volován. A mi papá le encantaba contar esta anécdota desde que una vez escuchó que así era como me presentaba con los otros niños. Él me decía Volován de cariño; cuando nací era gordo, así que empezó a decirme Bolita, Bolas, y de ahí pasó a Volován. Con la idea de cambiar este esquema, pero no funcionó. Volován, como personaje, estaba demasiado arraigado.

La sirenas originalmente, mis antepasados, eran pájaros con la cabeza o el cuerpo de mujer. Hay dos versiones que cuentan cómo pasamos de ser medio pájaras a medio peces. Pudo ser un castigo de Deméter por no haber protegido a su hija Perséfone o, tal vez fuimos nosotras las que mutamos para mantenernos siempre vírgenes.